20 millones de personas en el mundo en desarrollo necesitan una silla de ruedas pero solamente el 5% la tiene. El Laboratorio de Movilidad del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) desarrolló una silla de ruedas que permite al usuario moverse fácilmente en terrenos no pavimentados y de diferentes elevaciones. La silla de ruedas es de alta tecnología y posee la ventaja de ser de muy bajo costo. La financiación del BID se utilizó para transferir la tecnología a Guatemala e implementar su producción en el país y ahora habrá una escalación del proyecto en Haití.
En muchas partes del mundo hay cientos de personas que necesitan una silla de ruedas y no la tienen, y en aún más casos, las sillas de ruedas tradicionales no son las apropiadas para el terreno y la condición en la que estas personas viven. Las calles en una ciudad, o el terreno rural en la que una población se mueve normalmente no están adecuados para una persona que se mobiliza en silla de ruedas. Con este proyecto, el Laboratorio de Movilidad desarrolló una silla de ruedas que supera los desafíos de movilidad en el mundo en desarrollo.
Con su producto Leveraged Freedom Chair (LFC), el Laboratorio de Movilidad inventó una silla de ruedas para todo terreno en la que el usuario puede usar el parte superior del cuerpo para aplicar más esfuerzo por medio de un mecanismo de palancas, ya que la silla está hecha completamente de partes de bicicleta. Las sillas de ruedas normales están diseñadas para los hospitales en vez del terreno áspero de los países en desarrollo. En lugar de empujar las ruedas, como se hace en una silla de ruedas convencional, los usuarios de la silla LFC empujan palancas que son biomecánicamente más eficientes.
Los usuarios, pueden “hacer cambios” como en una bicicleta, deslizando sus manos y empujando hacia arriba y hacia abajo las palancas. Cuando el usuario empuja la parte baja de las palancas logra una “mayor velocidad”que permite que se muevan 80% más rápido que una silla de ruedas normal en asfalto. Agarrando la parte alta de las palancas logra una “velocidad baja”, permitiéndole a los usuarios poder pasar obstáculos con 50% más de par que una silla de ruedas convencional. Las palancas pueden ser retirados y almacenados en la silla, lo que también permite que la LFC se pueda utilizar como una silla de ruedas convencional.
“La misión del Laboratorio de Movilidad del MIT es llenar un nicho en la comunidad de ayuda de movilidad; ONGs y fabricantes de los países en desarrollo no tienen el tiempo, los recursos y las habilidades de desarrollar proyectos de alto riesgo/alta rentabilidad que mejorará dramáticamente los productos de movilidad y a las vidas de personas con discapacidad.” (Amos Winter, director del Laboratorio de Movilidad que ahora se identifica como el centro GRIT e inventor de la silla LFC)
1. Comprobar una amplia aceptación de la LFC, con pruebas hechas por personas de discapacidad que ya usan una silla de ruedas.
2. Crear un plan de producción que facilite una producción en alto volumen en Guatemala, conjunto con la Fundación Transiciones de Guatemala.